
Dos extremos (Los)
La vida quiere darnos lo mejor que podamos desear en diferentes momentos, padres, hermanos, amigos, trabajo, pareja, casa, hijos, salud, belleza, … Son regalos que nos muestran el extremo de la felicidad
También, la vida, regida por una ley desconocida, nos va quitando lo adquirido por el paso del tiempo, para sentir el otro extremo, dolor, inquietud, sufrimiento, tristeza, desesperación…
En nuestro ir y venir de un extremo al otro, pasamos siempre por la zona de equilibrio, de paz y serenidad
Los apegos y dependencias a las bondades que nos da la vida, frenan, retrasan nuestro volver al punto de equilibrio
Apego y Dependencia, son ambas palabras con sentidos rígidos que no quieren dejar pasar el tiempo
Paciencia, Adaptación, Flexibilidad, son palabras con sentidos fluidos como la vida misma. Esencia del universo infinito
Impaciencia, es una palabra con sentido agresivo, destructivo, que no acepta el transcurrir natural de las cosas
La vida es movimiento perpetuo
En la vida el tiempo no pasa
En la vida las cosas transcurren
A través del cuidado del cuerpo con sentido, amor y paciencia,
flexibilizamos y purificamos la mente
Con la respiración nos movemos sin agotarnos
Con el habito del movimiento sosegado crece la semilla de la paciencia
Con la Paciencia y el Movimiento sensato sentimos que la vida es eterna
La sensatez huye de quedarse atrapada en uno de los dos extremos, buscando siempre acercarse a la zona de equilibrio
Nuestro crecimiento personal es volver a la zona de equilibrio lo más rápidamente posible, cuando tempestades y excesos de bondades azotan nuestras vivencias. Desde esta zona de equilibrio nos vemos y nos sentimos mejor en el paisaje, dejando para mañana el lejano horizonte
Vivir en el presente en momentos difíciles, es sentir el presente y dejarlo pasar a su ritmo, sin entenderlo
Vivir en el presente en momentos bellos, es sentir el presente y dejarlo pasar a su ritmo, sin querer retenerlo
Vivir en el presente en la zona del punto de equilibrio, es sentir el presente y dejarlo pasar a su ritmo, sin temerlo
Tu amigo,
Alain Tello Robledo