Radicalismo
Todos hemos oído hablar de radicalismo, fundamentalismo, extremismo. Principalmente en política, o en movimientos intransigentes, respecto a principios humanistas, republicanos, anticlericales, etc. Ideas o filosofías que pretenden imponer sus creencias de manera radical, con acciones directas o indirectamente violentas.
Dejaré de lado la política y las religiones que nunca me han interesado.
En los tiempos que vivimos ahora, donde se siente y se ve claramente a la naturaleza sufrir quizás sus últimos suspiros, sintiéndose hasta en el rincón más alejado de ella. Naturaleza con sus seres que agonizan desde hace muchas décadas, por culpa de las acciones del ser humano, y cuyos síntomas visibles son el manifiesto cambio climático, contaminación, enfermedades, migración, etc., han nacido muchos movimientos radicales, por ejemplo: los verdes “Greenpeace” y otros, antiglobalización, racismo, anti taurino, feminismo, machismo, veganismo, vegetarianismo, etc.
Pero, más radical aún es el “statu quo” político, económico y social inamovible, sordo y ciego, culpable del desequilibrio planetario, que con su pasividad e inconsciencia ha promovido los movimientos rebeldes anteriores.
Estamos viviendo un desequilibrio a nivel planetario que muchos científicos están ya cansados de señalar desde hace décadas. Más de 200 especies conocidas de animales han desaparecido ya de la faz de la tierra. Los intereses económicos y el miedo al cambio, han creado “oídos sordos y ojos que no ven”, consolándose detrás de mil distracciones.
La relación entre hombres y mujeres (machismo-feminismo) ha estado dividido desde que la historia fue reescrita por el varón, sometiendo a la fémina. El hombre, supremacía de los géneros, que poco a poco va desmoronándose, dejándose guiar por la sensibilidad intuitiva de la mujer liberada de la procreación y esclavitud hormonal, recuperándose emocional y espiritualmente (evolución).
Esta situación globalizada de desequilibrio trascendental ha fomentado la violencia directa e indirecta por estar la sociedad dividida y esclavizada por el “statu quo”.
La sociedad me puede tachar de radical por vivir retirado de ella y por no vivir según sus normas, costumbres y tradiciones. Pero aquí, todo el mundo es bienvenido a participar en mis retiros de sanación, si es deseoso de vivir en armonía consigo mismo, con la naturaleza y el universo. Sin radicalismo de cualquier tipo, religioso, político, veganismo o vegetarianismo. Solo se puede venir una sola vez, como mucho dos. Liberación o fidelización. No es un lugar para las mentes oscuras, inflexibles o radicales.
No como carne, pero no soy vegano ni vegetariano. No quiero ser nada, soy cada día más yo en conexión con la naturaleza y el universo. El querer ser, y más pertenecer a un movimiento, es perder la propia identidad innata, es transformarse según las doctrinas de otros.
Solo el cambio de conciencia puede nacer de uno mismo. Los entornos de paz y armonía, prodigados por el ejemplo armonioso, son transformadores.
La violencia y la fuerza bruta, solo invitan al enfrentamiento y a la división, por muchas buenas intenciones iniciales.
La tecnología ya permite vivir siendo independiente a nivel energético (electricidad y agua), sin intermediarios y en equilibrio armonioso con la naturaleza. Llenándose los corazones de gran satisfacción por amar y dejarse amar por lo que nos cuida, y no vivir detrás de la culpa reprimida, fuente de enfermedades.
Estoy lejos de cualquier tipo de radicalismo. Muchos veganos y vegetarianos han caído en el radicalismo para eliminar el sufrimiento animal, haciendo sufrir en sus acciones a sus semejantes… ¡No es la manera! El hombre cambiará el mundo uniéndose a sí mismo en conexión con su esencia, y transmitiendo armonía y no agresividad maquillada de buenas intenciones. Estoy lejos de toda espiritualidad conocida, y más aun de las creencias humanas.
El movimiento vegano y vegetariano amparados por buenas intenciones, se ha convertido en muchas ocasiones en una religión separatista.
Estoy en contra de cualquier tipo de maltrato, empezando por uno mismo por desear rebelarse contra la sociedad ignorante y el sistema despiadado, maltratando el cuerpo a través de tatuajes, piercings y adicciones destructivas. ¡Acaso se le pregunta al cuerpo si le gusta ser agujereado y pintado permanentemente! Puro radicalismo de la mente hacia su propio cuerpo. La mente culpa a los demás olvidandose de cuidar su propio cuerpo y de dejarse guiar por su esencia… Desde las esencias estamos unidos todos los seres, hombres y “animales”. El animal es salvaje y sensible, el hombre moderno es primitivo e insensible, creyéndose rey.
Basta ya de palabras vacías y de culpar a los demás. Que cada uno, víctima disfrazada y anestesiada, asuma su responsabilidad sin apuntar a otros. Es muy fácil que todo cambie armoniosamente si la mayoría oprimida y manipulada por la minoría, empieza a despertar con pequeñas acciones liberadoras sin mirar los defectos del prójimo. Son tiempos de pasar a la acción con pequeñas acciones, pero con uno mismo, sin estar influenciado por movimientos radicales y miedos. La intuición, voz de la esencia, guiará a cada ser en su liberación y equilibrio global. Unidos todos por algo que la mente más brillante nunca podrá entender, como dijo Albert Einstein con otras palabras.
Si deseas que crezca el árbol de la paz, siembra una semilla de paz y no de discordia.
Mírate en tus ojos, y no en los ojos de los demás.
Sigua tu corazón, y tu mente se relajará y se unirá a tu esencia.
Hay guerra en este mundo, porque el ser humano está en guerra consigo mismo.
¡El cambio es inevitable! Tanto es el daño cometido por el ser humano, que las fuerzas de la naturaleza y del Universo ve ven obligadas a actuar radicalmente, y pronto el punto de inflexión se hará sentir en los cuatro puntos cardinales, por el bien del paraíso que es este planeta con todos sus seres y algo más…
Un abrazo trascendental,
♥
Alain Tello Robledo
Retiros espirituales trascendentales de sanación ancestral
