Juzcar
(Sentido transcendental)
Popularmente, se dice de no juzgar, que juzgar es malo.
Pero en el fondo se invita a no juzgar por miedo a ser juzgado.
Los mecanismos de la mente son los que juzgan y comparan sin cesar. Lo hacen a veces como distracción para estar siempre ocupados o para sentirse superiores “Ego”.
Así funciona, pero cada cual es libre de seguir sus pensamientos o juzgamientos, o pasar de ellos y sentir lo que tiene que hacer o no hacer, decir o no decir.
El ¡no me juzgues!, es igual a decir, déjame hacer lo que quiera.
Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero sin interferir en el equilibrio de la interacción con el entorno y con los demás. No solo con los seres humanos.
Hay acciones que no afectan a los demás directamente, pero sí al equilibrio trascendental del Todo.
Cuando una persona se siente mal, acude a un terapeuta para que le ayude a liberarse de mil barreras. Desesperada invita al terapeuta a desvelar los adentros no deseados para que se evaporen con el fin de vivir en paz y en armonía. En este caso el terapeuta no juzga, sino que ayuda y guía. “Juzgar” pasa a ser “analizar» para el terapeuta sincero.
La clave está en la pureza de las intenciones. Podemos hacer lo que queremos, si no nos hace daño a nosotros mismos a corto ni a largo plazo, ni a otros, ni a la naturaleza.
Pero cuando la mente cree haber obtenido respuesta y solución a sus problemas o cree saberlo todo, las palabras del terapeuta o profesor honesto se interpretan como un juicio. El egoísmo cierra la puerta al crecimiento liberador cuando el Ego obtiene lo que desea. Resultado de la ignorancia transcendental cuando se cree que se posee la verdad, cuando la misma no para de crecer y de cambiar en cada instante.
¡La “gran verdad” de hoy es la “pequeña verdad de mañana”!
Los bosques y los campos piden ser juzgados sin cesar por la Madre Tierra. La “naturaleza” nos juzga sin cesar. Cuando la tierra juzga que hay sequía, por el bien de sus hijos llueve, ¡tarde o temprano!
Los seres son juzgados por su bien por la “energía del Universo”. Pero las personas son criticadas (autocrítica) cuando pierden la conexión con el equilibrio de la existencia, o por sus semejantes por ser diferentes a la multitud, por hacer daño a terceros o a sí mismos.
La dependencia y sensibilidad a lo que los demás puedan pensar de uno mismo, hace aparecer el sentido de ser juzgados.
Las esencias juzgan el comportamiento de las mentes, con la intención de vivir en armonía por el bien del Todo. Es la voz de la conciencia.
Ansiedades y depresiones son las señales de no haber prestado atención a la voz de la esencia, por ignorancia.
Alain Tello Robledo
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